La belleza de lo inhóspito

Se llega siguiendo la ruta complementaria “A” que serpentea por pintorescas estancias y ofrece paisajes asombrosos de cerros, estepa, bosques de lengas, ríos y acantilados junto al mar.
En el camino es habitual ver guanacos. Ocasionalmente avistar zorros y cóndores. Hay un sendero que trepa hasta la cima del cabo, con miradores que regalan panorámicas inolvidables y bancos para descansar y contemplar.